He tenido una extraordinaria semana de reuniones empresariales e institucionales y que culminó ayer con la reunión a mediodía de AMEP.
Mi gratitud infinita a esta asociación por el gran apoyo que me están brindando tanto para la organización del EPE2015 como para mis proyectos empresariales.
Y especialmente a la ahora flamante Presidenta Nuria Castillo, y a la de antes, su predecesora Marité Guillén. Presidentas, mujeres, empresarias, emprendedoras y amigas.
Y en cada reunión aparecen nuevas caras y al conocerlas se nos revela de nuevo la verdadera naturaleza de las mujeres.
Mujeres luchadoras, con ideas brillantes, con ganas de cooperar y al frente de sus negocios.
Recuerdo un artículo que leí hace unos días en el que se describía a las mujeres mayores de cuarenta y cinco años, como el colectivo más importante para generar la activación económica necesaria para la salida de esta implacable crisis.
Porque emprendieron y porque saben de resiliencia…
Porque nacieron en la década de los setenta (yo antes), época justa en la que el papel de la mujer en la sociedad empezó a tener importancia.
Época de rebeldía femenina, de querer igualarnos a los hombres, de luchar por la autonomía económica, de querer realizarnos personalmente y de luchar muy muy duro para alzar las voces.
Época, a principios de los ochenta, de legalización del divorcio en el que muchas vimos la salida personal y profesional de una vida sin fuste, insulsa, vacía y dependiente.
En los noventa, la otra crisis nos pilló justo en la edad en la que éramos lo suficientemente adultas para sublevarnos en una sociedad en extremo machista, y lo suficientemente jóvenes como para trabajar durante todo el día y al llegar a casa ocuparnos de la familia y del hogar, mientras enseñábamos a la generación de hombres que aquello tenía que cambiar.
A partir del divorcio, nos hicimos guerreras, a lo Braveheart…y nos abrimos paso sacando, la gran mayoría, a nuestras familias adelante más solas que acompañadas, e incluso con multitud de despechadas zancadillas.
Muchos años duros, en los que hemos sido ejemplos para nuestras hijas que ya han nacido y crecido con otra concepción del término mujer.
En contrapartida, parece ser que los hombres de esa misma generación, a partir de esta edad, no deciden emprender porque se sienten viejos o inútiles, porque tienen miedo y porque se han acomodado a su situación mientras se lamentan de ella.
No me gusta que algunos colectivos sean necesarios, me gustaría que no hiciesen falta para reivindicar nada, ni para luchar en pro de algo o en contra de las injusticias del sistema, pero en esta asociación me doy cuenta de lo importante que es mantener estos colectivos unidos, colaborando, animando y mostrando sus experiencias y ejemplo…luchando hombro con hombro.
Me siento orgullosa y no soy feminista, soy no-machista que no es igual. Y aunque hoy en día la sociedad ha tenido un cambio tremendo en ese aspecto por el trabajo y lucha de esta generación que comento, aún quedan especímenes que no lo entienden, de ambos sexos la verdad, y de diversas edades, por increíble que a algunos nos parezca.
Me encantan las chicas más jóvenes emprendedoras, esas que no se resignan como la mayoría de hombres de su edad, más miedosos ellos, (y más vagos también, los llamados ninis) a esperar a que pase la crisis…
Mujeres peleonas…
Sabemos que hay varios hombres interesados en asociarse con nosotras, y eso me encanta, que quieran y que tengan las puertas abiertas, y que peleen a nuestro lado…(por mi parte, también me alegrarían la vista, tengo que decirlo)
Una asociación de mujeres empresarias que no es sólo para mujeres, y que componen empresari@s y emprendedor@s (tampoco me gusta mucho lo de la arroba, pero aquí va al pelo)
Me gustan estas reuniones informales, en las que nuestra Nuria ofrece su particular bienvenida, y explica las bases y fundamentos de la asociación, y sobre todo del grupo que pretendemos ser, hay sinergias, trapicheo de tarjetas, (no os penséis que no sé que se llama Networking) y , si se nos pudiese representar en un cómic, se verían bombillitas encendidas sobre cada una de nuestras cabezas…
¡Ideas!…¡Más ideas!
“Oye, que estoy pensando que lo que tú haces me serviría a mí en mi proyecto”, o que “conozco a alguien que está buscando una empresa como la tuya para…”Incluso lo de “puedo ayudarte en tu negocio ¿sabes?”
Ayer tuve el placer de conocer en esta reunión de trabajo, quinto frío en mano, a varias empresarias con las que he establecido ya una conexión.
Y ya estoy deseando, pasado el verano, ofrecer mis conocimientos y experiencias a aquellas que quieran recibirlos en nuestra sede y vivero.
Para las mujeres valientes emprendedoras, que merecen una ola, bueno merecen a LaOla…
LOLA