Preparo un Congreso.
Bueno, no un congreso, porque congreso me suena a mí a otra cosa, me suena más serio, más formal y más tieso.
Pero es un congreso porque congrega.
Y congregar es reunir.
Reunir de re-unión.
Aunque a mí me gusta llamarlo Encuentro.
El Encuentro de una tribu.
Una comunidad que se encuentra por tercera edición.
Edición de aniversario y edición de editar.
Editados los errores, editada la magnitud, editado el equipo y editados los aprendizajes.
Un Encuentro editado que superará con creces al anterior y que promete ser editado cada año.
Eso es el EPE.
Un sitio para editar, para educar y para emprender.
También, a la vez y a casi cuarenta grados preparo una mudanza.
He vendido mi casa para ser libre, para desapegarme y para que nada, ni la deuda hipotecaria, me retenga si se presenta la oportunidad de que mi pequeña pueda asistir a la escuela que soñé y que resulta que existe.
A Galicia.
Y en unos pocos meses estaremos allí.
Su padre y yo estamos de acuerdo en esto aunque separados en la vida desde hace mucho.
Y eso en tiempos de mutilantes guerras, es un importante paso.
Esta semana abandono esta casa en la que tantas cosas he vivido, tantas alegrías y que tantas lágrimas ha visto derramar.
Esta casa donde ELLA nació.
Esta casa donde, después de años de divorciada viví el auténtico amor de mi vida, y que invirtió tanto tiempo y tanto sudor y esfuerzo .
Y tanta ilusión…
Nunca conocí a nadie igual de habilidoso y de creativo.
Extraordinario.
Capaz de inventarlo todo.
Un ser de inteligencia sobrenatural.
Un caballo vencedor.
Dejo atrás muchas cosas hechas con sus manos entre estos muros.
Hace mucho que no sé de él. Le debo mucho. Y eso tampoco se lo voy a decir.
Ambos decidimos dejarlo estar.
Y así va a ser.
Bajo estos tabiques hay mensajes ocultos de amor y corazones atravesados por flechas.
Algún día alguien los descubrirá y sabrá que aquí moró un amor muy grande.
Tan grande que decidimos dejarlo así.
No arriesgarnos a que pudiera estropearse su recuerdo con el paso del tiempo.
Pero el pasado hay que dejarlo atrás.
Para andar hacia el futuro.
Nunca seré la misma en otra casa.
Ni con otro amor.
Ni en otro lugar.
Sin embargo es justamente de eso de lo que se trata.
De no pararse.
De movimiento en busca del bienestar.
De la incertidumbre de no saber qué me deparará el futuro y abandonando la certeza de lo que sería si no me hubiese decidido a dar el paso.
Soy una valiente.
Te guste o no.
Dejo todo por ELLA.
Y un poco también por mí.
Dejo todo aquello que nunca dejé por él.
Pero también dejo parte de mí misma.
La vieja Lola queda aquí.
La nueva Lola, capaz de perdonar, de olvidar, de alejarse, de dialogar, de negociar y de abandonar está lista para hacerlo.
Y es curioso que, el nuevo domicilio de transición, se halle en un pueblo llamado La Unión.
Causalidades.
Desunirme para unirnos.
Unirnos para avanzar.
La nueva Lola y el nuevo EPE unidos.
Apostando esta vez por la yegua ganadora.
De mudanza a una nueva vida.
LOLA